El último disco de Lucinda Williams, es una nueva muestra de su característica música. Voz profunda, dolorosa. Country austero, casi monacal, sin artificios, sólo la composición, las letras y su voz. Quizá su disco más áspero, más dificil.
De todas formas ideal para noches de verano, al aire libre, con un buen bourbon, mientras diseccionas tus esperanzas o tus miseras.
(Aviso: El enlace es un poco "recursivo")
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